El rostro es uno de los primeros en reflejar los efectos del estrés y el paso del tiempo. Arrugas, flacidez, bolsas y ojeras son señales visibles que preocupan a millones de personas en el mundo entero.
Frente a eso, el yoga facial emerge como un método natural y accesible que promete resultados visibles sin recurrir a cirugías ni tratamientos invasivos.
Así lo sostiene la francesa Masha Marqués, una de las mayores especialistas en esta disciplina y autora de Gym Facial (RBA). En una entrevista con Infosalus, defiende que “en sólo 10 minutos diarios se pueden tonificar los músculos, estimular la producción de colágeno y reconectar con el propio rostro”.
Una práctica ancestral con vigencia actual
El yoga facial no es una moda pasajera. Sus orígenes se remontan a prácticas utilizadas por