Ni siquiera habían pasado 24 horas de la explosión de una pipa en el Puente de la Concordia, Iztapalapa en la Ciudad de México, cuando la solidaridad ya comenzaba a florecer entre la tragedia. Lo que inició como una jornada marcada por el dolor, pronto se convirtió en un ejemplo de unión y apoyo.

Vecinos, voluntarios y hasta desconocidos se sumaron para llevar un poco de consuelo a las familias de las víctimas. Entre té, pan, tortas y hasta despensas, los gestos simples se transformaron en bálsamos de esperanza en medio de la desesperación.

Elvira ayuda en la tragedia de Iztapalapa desde Hidalgo

Elvira viajó desde Hidalgo para entregar desayunos a los familiares de los lesionados . Conmovida por lo ocurrido, aseguró que su impulso nació al pensar en su hijo, quien cruza a diario por la

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