Persisten los obstáculos para que la paz llegue al Cañón del Micay, en el suroeste de Colombia, una zona estratégica en la producción de cocaína actualmente bajo control de disidencias de las FARC. A pesar de los esfuerzos militares desde 2024 en zonas como El Plateado, el Estado no ha logrado expulsar por completo estas estructuras, ni garantizar seguridad para los habitantes.

Los campesinos de la zona, quienes viven en gran parte de la economía ilegal de la coca por falta de alternativas rentables, se muestran escépticos ante las promesas de sustitución de cultivos legales, que hasta el momento han sido lentas de implementar y en muchos casos no representativas de las necesidades del territorio. Líderes locales advierten que sin inversión social real, acompañamiento técnico y mejora en

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