Sin demeritar el gran esfuerzo político y personal de Andrés Manuel López Obrador a lo largo de 37 años de lucha social, el modelo de entrega directa de dinero público a sectores marginados llegó ya a su límite y no cambió la clasificación social; si acaso, disminuyó la pobreza en pocos mexicanos del 80% que viven de una a cinco carencias sociales.
El presupuesto público para 2026 refleja que la política social de entrega de dinero de manera directa a los beneficiarios ya no puede crecer porque los ingresos fiscales no han aumentado en proporciones geométricas, y que más de 900 mil millones de pesos de bienestar directo en efectivo es gasto mayor a los poco más de 500 mil millones de pesos para gasto de inversión.
El gasto de las asignaciones directas para trece programas s