Cada año, en pleno verano, cientos de trabajadores de la construcción e ingenieros de Hong Kong suben unos 200 escalones hasta el Ching Lin Terrace en el barrio costero de Kennedy Town.
Se reúnen en uno de los templos de la ciudad para honrar a Lo Pan, un legendario carpintero chino de la dinastía Zhou y santo patrono de los constructores y contratistas.
Incluso en el calor sofocante, los trabajadores se apiñan, con inciensos en las manos, en el vestíbulo del pequeño templo. Hacen reverencias, cantan consignas en honor al cumpleaños del dios de la construcción y rezan para que haya un año estable de trabajo.
“Siempre le digo a la gente que Lo Pan es como nuestro Miguel Ángel. Es diseñador, arquitecto e ingeniero”, dijo Lawrence Ng, presidente de la Asociación de Subcontratistas de la Co