Mónica Cerro, la pregonera de las Fiestas de La Carriona, reivindicó ayer el «orgullo» de ser de barrio y en un «viaje por el tiempo» condujo a los vecinos desde La Carriona de su niñez al de su vida adulta. Recordó momentos emotivos y también deberes pendientes, no eludió cuestiones incómodas y aplaudió el trabajo de la asociación de vecinos La Xunta, de la que fue cofundador su padre.
Empezó Cerro rememorando los días en los que jugaban en el productor, iban a la fuente El Gallego, había balones rebotando contra las paredes y las rodillas estaban llenas «de heridas de guerra de tanto jugar». «Este barrio es más que pisos y calles, es un barrio de convivencia, y aunque a alguno le suene raro es un barrio solidario», destacó.
Reconoció también que vivir en el barrio «es un deporte de rie