La repentina y violenta muerte del activista estadounidense Charlie Kirk, quien impulsó un movimiento juvenil y se convirtió en una celebridad entre sus seguidores, ha provocado un intenso debate sobre su legado político.
Sus jóvenes seguidores apreciaban su franqueza y los valores cristianos y conservadores por los que militaba el activista de 31 años.
En declaraciones a la BBC, muchos lloraron al recordar a un hombre que los escuchaba y comprendía sus preocupaciones.
Sus opiniones causaban polarización en los campus universitarios donde solía liderar grandes eventos.
Sus discursos provocadores atraían también a muchos opositores con los que solía debatir.
Kirk era un firme defensor del derecho a portar armas, se oponía vehementemente al aborto, criticaba los derechos de las personas