La tensión entre las dos mayores superpotencias espaciales ha alcanzado un nuevo pico. La medida sin precedentes de bloquear el acceso de ciudadanos chinos a todos los programas, las instalaciones y las redes de la NASA recuerda al siglo pasado, con algunos giros propios de los tiempos que corren: el veto es tan estricto que se extiende incluso a las reuniones por Zoom.

Más allá de la Enmienda Wolf. Las leyes estadounidenses ya prohibían la colaboración directa entre la NASA y las entidades chinas. La ley más famosa es la Enmienda Wolf, que impide el acceso de China a la Estación Espacial Internacional desde 2011, motivo por el que la agencia espacial china ha puesto en órbita su propia estación espacial permanentemente habitada.

El nuevo veto, que entró en vigor el pasado 5 de septiembr

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