En 2018, The Coca-Cola Company -según su denominación oficial- hizo una de sus apuestas más audaces de la última década: adquirir la cadena británica de cafeterías Costa Coffee por alrededor de u$s5.000 millones .

La intención declarada en ese momento era diversificar su negocio más allá de las bebidas gaseosas, ingresar de lleno al negocio global del café y capturar nuevas tendencias de consumo de café en formatos de distribución masivos.

También implicaba ingresar en la oferta de productos considerados más saludables , ya que las gaseosas siguen perdiendo consideración en determinadas capas de consumidores que las van abandonando.

La cadena que Coca compró a la firma inglesa Whitbread opera más de 2.000 locales en el Reino Unido y más de 3.000 a nivel mundial y emplea

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