La lluvia nunca fue un obstáculo para los fans de La Vela Puerca . Desde temprano, afuera del Teatro Metropólitan , la gente hacía fila para comprar playeras, chamarras y hasta las clásicas narices de puerco rosas que se han convertido en un sello de identidad. Entre chelas y cánticos, el ambiente se sentía más de estadio que de sala de conciertos.

A las 20:40 horas las luces se apagaron y la banda uruguaya salió al escenario entre banderas de Uruguay y gritos que recordaban a las hinchadas futboleras. El primer acorde bastó para que el público se pusiera de pie. No hubo tiempo de calentar motores: la fiesta arrancó con “El Viejo” y desde ese instante el recinto se convirtió en un coro masivo.

Una celebración sin discursos

Aunque la gira lleva el nombre de sus 30 años de c

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