El veredicto histórico que ha condenado a Jair Bolsonaro a 27 años de prisión no es un punto final en un escenario político tenso para Brasil dentro y fuera del país. La sentencia contundente de la Corte Suprema brasileña por mayoría de cuatro votos a uno, ha sido celebrada por quienes defienden la democracia y considerada injusta por quienes argumentan que el juicio ya estaba decidido. Desde Estados Unidos, el Gobierno de Donald Trump ya manifestó que Brasil puede sufrir nuevas sanciones por esa decisión contra el líder de la ultraderecha sudamericana. «El Tribunal ha cumplido una misión importante e histórica al juzgar, basándose en pruebas significativas, a autoridades civiles y militares por intento de golpe de Estado. Nadie sale hoy de aquí contento, pero debemos cumplir con serenidad
Estados Unidos vuelve a presionar a Brasil tras la condena a Bolsonaro

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