Vórtice
Colgados de la brocha
Nueve investigadores que participaron en una convocatoria lanzada por el INAH están en el limbo.
Juan Carlos Talavera
Imagine que el gobierno federal, con bombo y platillo, lanza una convocatoria para ocupar una plaza de tiempo completo en una institución de renombre. Entonces, usted o alguno de sus amigos participa en el concurso: lee los requisitos, inicia el trámite (que siempre es una monserga) y aprueba los exámenes exhaustivos en un proceso que le toma varios meses.
Al final, logra la hazaña y recibe la ansiada carta de aceptación (firmada y membretada) en la que le informan que ganó la plaza y le prometen que dentro de un mes podrá empezar a trabajar. Sin embargo, cuando el plazo se cumple, nadie le llama. Así que usted pide informes y primero lo h