El gran baile del dragón

Raúl Ruiz.- La cumbre de Tianjin no fue una reunión diplomática. Fue un musical, un espectáculo de Broadway sin Broadway, con más misiles que bailarines y más egos que coreógrafos.

La Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), ese club de amigos que empezó cazando terroristas y ahora caza hegemonías, se reunió para ensayar su nuevo número: “El mundo según nosotros”. Occidente no fue invitado al baile.

Primer acto: El desfile del músculo

En la Plaza de Tiananmen, donde los recuerdos son censurados y los tanques tienen memoria selectiva, China montó un desfile que haría llorar de envidia a cualquier dictador latinoamericano con complejo de Napoleón.

Tanques, drones, soldados perfectamente sincronizados y un Xi Jinping que parecía decir: “Miren qué bonito ba

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