WASHINGTON- Durante décadas, en toda América Latina y el Caribe, las fuerzas antidroga estadounidenses han intentado cortar el tráfico de estupefacientes interceptando barcos, camiones e incluso caballos cargados de droga, y arrestando a los contrabandistas.

El secretario de Estado, Marco Rubio, ha dicho que esos esfuerzos no son lo bastante audaces. Ha ayudado a orientar al gobierno de Donald Trump hacia una táctica mucho más agresiva, y mortal: utilizar la fuerza militar para destruir embarcaciones sospechosas de transportar drogas y matar a las personas a bordo, sin un proceso legal.

“La interceptación no funciona”, dijo Rubio en una conferencia de prensa en Ciudad de México la semana pasada, cuando le preguntaron por el ataque estadounidense a un barco en el Caribe. El presidente D

See Full Page