Vivian Wilson, hija del empresario Elon Musk, deslumbró en un evento de moda con un vestido que iba más allá de la estética convencional. Su atuendo incluía una cinta roja con la leyenda "Miss South Carolina", un guiño irónico a los certámenes de belleza tradicionales. Esta elección no fue al azar. El diseñador Alexis Bittar, responsable de la colección, la describió como una crítica a los estereotipos de género y la objetificación femenina, inspirada en el Miss USA de 1991.
Vivian, quien ha sido abierta sobre su identidad transgénero, utilizó esta plataforma para reafirmar su independencia y distanciarse de la sombra de su padre. "El show es una secuencia de sueños que cuestiona lo establecido", afirmó Bittar en redes sociales, subrayando que cada pieza abordaba temas como la misoginia y los derechos de la comunidad LGBTQ+.
El momento tuvo un fuerte simbolismo. La cinta roja, un elemento que podría parecer sencillo, evocaba los estándares rígidos de belleza que históricamente han excluido a las personas trans. El evento se llevó a cabo en el Lower East Side, un barrio conocido por su escena artística alternativa, lo que reforzó el mensaje de ruptura con lo convencional.
La decisión de Vivian de participar bajo su nombre legal, sin hacer referencia a su apellido familiar, marcó un paso significativo en su camino hacia la autoafirmación. Mientras los flashes de las cámaras capturaban su imagen, quedó claro que su aparición no era solo un momento más en el calendario de la moda. Era un recordatorio de cómo la industria puede ser un vehículo para discursos poderosos, especialmente cuando estos provienen de quienes eligen redefinir su lugar en el mundo.