Javier Milei aún no aceptó el resultado de las elecciones bonaerenses. Reconoció a duras penas la derrota en las urnas pero insiste en que esos casi 14 puntos de diferencia que le sacó el gobernador Axel Kicillof no expresan un rechazo a su prédica y práctica anti Estado. Según Milei lo que le falló es la rosca política, sus ideas son maravillosas y aceptadas por la población. Por eso lo primero que anunció fue que mantendrá el plan de su secta económica y dedicó la semana a firmar vetos que amenazan la vida de miles de niños, destrozan el sistema universitario y recrudecen el enfrentamiento con los gobernadores a los que les retacea recursos a pesar de que le recordaron casi al unísono que la dura lección de los votantes de la provincia más poblada del país era para que recapacite.
Milei extraviado entre dibujitos y coimas

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