La organización y administración internas de toda institución pública tiene un doble sentido: técnico y político. Lo cual no puede disociarse, desde los motivos de su creación, hasta su funcionamiento cotidiano. En una institución electoral cuyo fin esencial es lograr la trasmisión del poder, el peso político de la administración se acrecienta.
La dimensión del peso político de esos dos aspectos es definida por cada coyuntura política. El INE que viene del IFE heredó una organización interna venida de otra coyuntura política. En su momento de nacimiento, para el IFE lo esencial era garantizar unas elecciones legítimas, producto de la no intervención gubernamental en ellas.
El dinero era algo secundario. Baste recordar el adagio priísta de que “en política todo lo que cueste dinero es bar