Entre las muchas expresiones populares del lunfardo que siguen en vigencia en la actualidad está “bondi”, que proviene de la palabra portuguesa bonde, referida al tranvía en el Brasil de finales del siglo XIX y comienzos del XX; y también “chancho”, término que designa al inspector, a quien Borges ya en los años 30 definía como el “dudador profesional de la rectitud”. Pero el lector de estas líneas quizás ignore que el término “chuparse”, además de referirse al bebedor copioso, solía remitir a la acción de “ir con el colectivo pegado al de adelante, para que en las paradas no se juntaran los pasajeros y para evitar el trabajo de cortar y cobrar muchos boletos”; o que el sintagma “chancho arrepentido” no designaba un estado de ánimo (por otra parte improbable) de ese animal, sino que hacía
Un homenaje literario

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