Hacia 1780, los parisinos no sabían qué hacer con los muertos que se acumulaban en la Ciudad Luz desde hacía más de mil años. Ese año, los muros del cementerio de los Santos Inocentes cedieron y quedaron expuestos miles de cadáveres. ¿Qué hacer cuando colapsan los cementerios? A las autoridades no les quedó otro remedio que admitir que París tenía más muertos que vivos.
A un tal Sr. Lenoir se le ocurrió hacer lo que los romanos: construir una catacumba, es decir, un enterratorio subterráneo como los de los primitivos cristianos. A tal fin eligieron una caverna en la comunidad de San Juan de Letrán, donde los caballeros templarios habían guardado sus pertenencias (actualmente, es la Place Denfert-Rochereau).
Cada noche, desde distintos enterratorios de París se trasladaban huesos de sus a