Escribe : Leyla Aboudayeh *
Los almuerzos en casa de la abuela Rosa parecían no terminar nunca. La música criolla abría la jornada, mientras los olores de la cocina se fundían en un llamado colectivo. “La familia no paraba de llegar —recuerda Joan Entes—, algunos comían en el sillón porque las mesas no daban abasto. Eran risas y conversaciones súper interesantes, a las cuales se sumaban las cervezas, que siempre llamaban al baile y al debate”.
De ese recuerdo inagotable, heredado del comedor familiar, nace la obra Y a la hora del bitute, la jamancia va a sobrar . Un paisaje escultórico en hierro calado donde Joan reconstruye, desde la memoria y la experiencia migrante, un barrio ficticio pero profundamente real. El bitute, más allá de la comida, es aquí un intersticio urbano: un espa