“¡Boicot, boicot a Israel!” Era el grito que se escuchaba esta tarde de domingo en los alrededores de la estación de Atocha, por donde tenía previsto pasar el pelotón de ciclistas que participaban en la Vuelta a España, la carrera profesional que se suspendió 50 kilómetros antes de la meta en la Plaza de Cibeles por las protestas en contra de la participación del equipo israelí.
“Hoy ha triunfado la violencia por encima del deporte”, lamentó el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, que aguardaba en la meta a los corredores que nunca llegaron.