El Gobierno se coloca del lado de los manifestantes, que cree que tienen apoyo también en sectores conservadores, mientras Feijóo hace equilibrios

El inédito parón de la vuelta ciclista , una noticia de repercusión internacional que ha mostrado la fuerza de las protestas en España contra la masacre en Gaza, profundiza la distancia entre los dos grandes bloques de la política española. Las posiciones están muy claras. El Gobierno de PSOE y Sumar, y de forma muy inusual también el presidente, Pedro Sánchez, han optado por colocarse de forma nítida del lado de los manifestantes que lograron detener La Vuelta para protestar por la presencia del equipo Israel, financiado por un empresario muy cercano a Benjamín Netanyahu. El PP carga contra el jefe del Ejecutivo por esta posición y le lla

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