Servidor siente debilidad por los fichajes baratos como si el dinero del Barça fuera suyo, que no lo es. Imagino que la tacañería le viene a uno de sus orígenes. No nadar en la abundancia familiar convierte de por vida tu cerebro en un monedero de esos viejos que se cerraban con boquillas de metal. Clic. Obviamente, barato no debe significar cutre (tranquilos, hoy no hablaremos de constructoras), sino todo lo contrario. Cuando se juntan lo asequible con lo bueno y también lo aprovechable se produce la magia. Tanto al comprar un jersey como al adquirir a un futbolista.

En el fútbol , jungla opaca favorable a todo tipo de tropelías (comisiones, precios inflados y un stock de diez brasileños malos por cada uno bueno), hay espacio de vez en cuando para jugadores extraordinarios obtenidos

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