Un árbol puede considerarse en riesgo cuando presenta encharcamientos prolongados en la base del tronco, agrietamientos o cavidades en el tallo, inclinaciones anormales, ramas secas o quebradizas, así como signos de pudrición en el tronco o en las raíces. Estas condiciones debilitan su estructura y aumentan la probabilidad de que colapse, especialmente durante periodos de lluvias intensas o fuertes vientos.

Reconocer a tiempo estas señales es esencial para prevenir emergencias que puedan afectar viviendas, vehículos, redes eléctricas o incluso la vida de las personas. Algunas especies como la palma botella, el yopo, el payandé, la iguá, la acacia, el árbol de caucho, el ficus y frutales como el pomarroso son más susceptibles a estas condiciones extremas.

Cuando se identifiquen árboles co

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