En plena espiral de tensión política, el Partido Popular, con Alberto Núñez Feijóo al frente, no dudó ayer en salir a condenar la actitud del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al que acusó de alentar las protestas propales­tinas que boicotearon el final de la Vuelta a España en Madrid y que provocaron cargas policiales por el centro. En total, 22 agentes resultaron heridos y dos personas fueron detenidas. Por su parte, el delegado de Gobierno en Madrid, Francisco Martín, cifró en 100.000 los manifestantes.

Horas antes, durante un acto del PSOE en Málaga, el jefe del Ejecutivo había expresado su “respeto absoluto a los deportistas” pero, al mismo tiempo, su “admiración a un pueblo como el español que se moviliza por causas justas como la de Palestina”. Algo que, por la tarde, se torn

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