Las motorizaciones diésel a veces cuentan con errores que desgastan su sistema y lo dañan acortando su vida útil. Estos fallos no provienen tan solo de las correas de distribución, sino que otras partes del propulsor también presentan problemas comunes en muchos vehículos.

En el caso de los coches que se alimentan de este combustible, es habitual que cuenten con una pequeña pieza que si se atasca puede destrozar el motor diésel tras sobrecalentarlo. Para evitarlo, lo mejor que podemos hacer es viajes largos y cambiar el aceite entre los 15.000 y 30.000 kilómetros.

¿Qué pieza puede dañar los motores diésel?

Se trata de la válvula EGR, la pieza central del sistema de recirculación de gases de escape que reduce las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) devolviendo parte de los residuos ga

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