Pedro Sánchez abona el terreno para una sorpresiva convocatoria electoral y ahí entra su decisión de seguir «apretando» en las relaciones con Israel. Ayer, ante sus parlamentarios, animó a que ese boicot se extienda a todas las competiciones internacionales.

El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE engrasó la maquinaria parlamentaria después de alentar el boicot a la Vuelta a España. Para ello, reunió en el Congreso a sus diputados, senadores y eurodiputados, a los que arengó para afrontar lo que queda de legislatura –dure lo que dure– con ánimo tras el vendaval del «caso Cerdán».

El presidente se dirigió a un auditorio clave para activar al partido ante una hipotética llamada a las urnas que nadie descarta y que, quienes conocen al presidente, empiezan a olerse.

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