Hace dos semanas, el expresidente de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont reunió a su ejecutiva tras su foto con Salvador Illa. Nada nuevo bajo el sol. Junts acusó al president y líder del PSC de «renunciar» a defender los derechos de los catalanes. Además, se autodefinió como «alternativa a la desnacionalización y el empobrecimiento del país» y como «la garantía de la defensa de los intereses de Cataluña ante el Gobierno español». Junto con el lamento de que la reunión se hiciera «en el exilio, vista la anormalidad democrática que se vive» en España y Cataluña. Ayer tocó el turno al grupo parlamentario del Parlament, y Junts subió la apuesta: o el PSC apoya sus propuestas en el debate de Política General –el segundo que afronta Illa–, y suscribe los acuerdos alcanzados para la inv
Junts calienta el aviso a Sánchez e Illa de un otoño en llamas

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