El gobernador regional de Cusco, Werner Salcedo, ha alertado sobre el riesgo inminente de que Machu Picchu pierda su título como Maravilla del Mundo. Esta advertencia surge tras un pronunciamiento de la organización New7Wonders, que ha expresado su preocupación por la gestión del emblemático santuario histórico. Salcedo responsabiliza directamente al Gobierno Central por la mala administración y la falta de inversión en el sitio, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1983 y elegido como una de las Nuevas 7 Maravillas del Mundo en 2007.

El gobernador ha señalado que la crisis actual se debe a una gestión deficiente y a la ausencia de políticas sostenibles de conservación. "Mientras Machu Picchu enfrenta una crisis de proporciones históricas, el Gobierno se enfoca en actividades menores", criticó, haciendo referencia a un concurso sobre el pan con chicharrón que ha promovido el Ejecutivo.

Salcedo ha convocado a una reunión urgente en Lima, donde exigirá la transferencia de la administración de Machu Picchu al Gobierno Regional del Cusco. Además, ha propuesto la creación de una autoridad autónoma para gestionar el turismo y la conservación del santuario, argumentando que el modelo centralista actual ha fracasado. "Nos han convertido en entes consultivos. Es momento de tomar decisiones desde Cusco, no desde Lima", afirmó.

El gobernador también denunció que los más de 200 millones de soles generados anualmente por el turismo en Machu Picchu se destinan a gastos internos del Ministerio de Cultura, sin que se vean mejoras en la infraestructura o en la atención al visitante. "Las políticas de concesión de servicios vigentes datan de los años 90 y han generado desorden y mala administración", agregó.

La economía del Cusco depende en un 60% del turismo, y Salcedo advirtió que perder el título de Maravilla del Mundo tendría un impacto devastador. "Miles de familias viven del turismo. Una mala decisión desde el Gobierno puede arruinar su sustento", enfatizó.

A través de un oficio formal, Salcedo ha solicitado una reunión con el Presidente del Consejo de Ministros y el Presidente del Congreso para establecer una mesa de diálogo de alto nivel. El objetivo es encontrar una solución a la crisis de gestión de Machu Picchu y evitar que intereses particulares se aprovechen del desorden administrativo.

Machu Picchu recibe más de un millón de turistas al año, lo que requiere una gestión moderna y eficiente. La permanencia en la lista de Nuevas 7 Maravillas del Mundo no solo es un logro turístico, sino una responsabilidad de conservación histórica. La situación actual plantea interrogantes sobre la capacidad del Gobierno Central para entregar la gestión al Cusco y si se priorizarán los intereses regionales sobre el centralismo.