
Uno de cada cinco cánceres malignos en humanos están directamente vinculados a infecciones microbianas provocadas por bacterias, parásitos y virus. ¿Por qué?, se preguntará. ¿Qué tienen que ver los microbios con el desarrollo de cáncer?
Para empezar, algunas bacterias pueden producir toxinas, enzimas y otras moléculas que alteran las funciones celulares normales, interfieren en el control del ciclo celular y alteran la respuesta inmunitaria del huésped, lo que contribuye a la aparición y progresión del cáncer. Por ejemplo, el 89% de todos los cánceres gástricos se atribuyen a la infección por la bacteria Helicobacter pylori , y es sabido que la erradicación de esta infección reduce la incidencia del tumor.
En cuanto a los virus, son capaces de insertar su material genético en las células huésped, lo que puede provocar un crecimiento celular descontrolado y causar inflamación crónica que daña el ADN y promueve el desarrollo del cáncer . Es el caso de virus oncogénicos como el del herpes humano 8 (VHH-8), el poliomavirus de células de Merkel (MCPyV), el virus linfotrópico de células T humanas tipo 1 (HTLV-1), el virus de Epstein-Barr (VEB), los virus de la hepatitis B (VHB) y C (VHC) y el virus del papiloma humano (VPH).
Sarcoma de Kaposi y herpes
El herpes humano 8 (VHH-8) es el principal responsable del sarcoma de Kaposi, que afecta a la piel, los ganglios linfáticos, el revestimiento de la boca, la nariz y la garganta y otros tejidos del cuerpo. La transmisión del HHV-8 a través de la saliva y secreciones genitales parecen ser la ruta principal de infección.
Las personas con un sistema inmunitario comprometido tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades asociadas al VHH-8. Realizar sexo sin protección aumenta las posibilidades de contraer el virus.
Cuando el cambio en la forma o color de un lunar es mala señal
En cuanto al poliomavirus de células de Merkel (MCPyV), se ha relacionado con el carcinoma de células de Merkel, un cáncer de piel poco común y agresivo.
En los últimos años, la incidencia de esta afección ha aumentado significativamente. Las zonas más frecuentes de aparición del tumor primario de carcinoma de células de Merkel son el rostro, la cabeza y el cuello , seguidas de los miembros superiores y los hombros.
Una de las medidas profilácticas más eficaces para prevenir la aparición del carcinoma de células de Merkel consiste en reducir la exposición al sol, evitar las horas de mayor radiación ultravioleta y utilizar protector solar.
La detección temprana es clave para un tratamiento exitoso, por lo que es aconsejable consultar a un médico si se manifiesta algún cambio en el tamaño, forma o color de un lunar o protuberancia.
Un virus que causa leucemias
El virus linfotrópico de células T humanas tipo 1 (HTLV-1) es el primer retrovirus humano descrito y el agente etiológico de la leucemia de células T adultas , una forma muy grave de cáncer. El linfoma/leucemia linfoblástico de células T, que puede ser considerado como un linfoma o un tipo de leucemia linfoblástica aguda, representa el 1% de todos los linfomas y suele ser más común en adolescentes o adultos jóvenes.
Las personas diagnosticadas con infección por HTLV-1 deben saber que dura toda la vida y que no deben donar sangre, semen ni otros tejidos. La detección obligatoria de anticuerpos contra HTLV-1 para todas las donaciones de sangre ha sido implementada en 23 países.
Cáncer después de la mononucleosis
El virus de Epstein-Barr (VEB) causa mononucleosis infecciosa y está relacionado con varios tipos de cáncer , como el linfoma de Burkitt, el linfoma de Hodgkin y el carcinoma nasofaríngeo, entre otros. A pesar de que la mayoría de la población está infectada por el virus de Epstein-Barr (VEB), solo una pequeña fracción desarrolla tumores relacionados con él. Esto sugiere que se requieren factores adicionales para el desarrollo del cáncer.
Investigaciones recientes indican que la exposición a agentes como el tabaco, los contaminantes, los químicos en alimentos y los pesticidas podrían estar involucrados en estos cánceres asociados al VEB.
De hepatitis a cáncer de hígado
Los virus de las hepatitis B (VHB) y C (VHC) causan hepatitis crónica, una inflamación del hígado que puede derivar en cirrosis y, eventualmente, en cáncer de hígado (carcinoma hepatocelular) .
La infección por el virus de la hepatitis B (VHB) es el factor de riesgo más destacado para desarrollar carcinoma hepatocelular: origina el 50 % de los casos. La vacunación contra el VHB y el tratamiento de la hepatitis C son cruciales para prevenir este tipo de cáncer.
Los cálculos estiman que la vacuna contra la hepatitis B prevendrá 38 millones de muertes a lo largo de la vida de personas nacidas entre los años 2000 y 2030 en 98 países de ingresos bajos y medianos.
Si tiene hepatitis B, es crucial llevar un estilo de vida saludable para evitar que la enfermedad empeore. Esto incluye evitar el alcohol y las drogas, descansar lo suficiente, comer una dieta equilibrada rica en frutas y verduras y hacer ejercicio regularmente.
Además, es importante someterse a chequeos médicos periódicos para vigilar el virus y la salud del hígado, seguir las indicaciones de los especialistas y consultar al médico antes de tomar cualquier medicamento de venta libre.
El virus del papiloma humano provoca el 5% de los cánceres
El virus del papiloma humano (VPH) está asociado a casi todos los casos de cáncer de cuello uterino. También es responsable de la mayoría de los cánceres de ano, pene, vulva, vagina y una gran proporción de los cánceres de boca y garganta. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor del 5 % de los cánceres están provocados por infecciones del virus del papiloma humano .
La vacunación contra el VPH es una de las estrategias de prevención más importantes y efectivas para reducir la incidencia de varios tipos de cánceres y verrugas genitales. Por ejemplo, numerosos estudios han demostrado que esta inmunización tiene una eficacia de hasta el 95 % en la prevención de lesiones precancerosas del cuello uterino relacionadas con diversos tipos de VPH. La pauta de vacunación a partir de los 12 años es de 2 dosis con una separación de al menos 5-6 meses.
Por suerte, investigadores de Mass General Brigham (EEUU) han desarrollado HPV-DeepSeek, un análisis de sangre innovador y experimental que utiliza inteligencia artificial y secuenciación del genoma completo del VPH para detectar el cáncer de cabeza y cuello asociado al VPH hasta diez años antes de que aparezcan los síntomas. Esta prueba, aún en fase experimental, promete mejorar el pronóstico de los pacientes al permitir un tratamiento más temprano y menos intrusivo.
Comprender el papel, la forma de transmisión y el modo de acción de los virus cancerígenos es fundamental para establecer medidas de prevención que disminuyan el impacto social, económico y sanitario que causan estos agentes patógenos.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation . Puedes leerlo aquí.