En agosto de 2025, el anuncio pasó casi inadvertido fuera de los círculos tecnológicos, pero en realidad fue una pieza más en una partida de ajedrez que se juega desde hace tiempo. Anthropic, la empresa detrás de Claude, ofreció a los tres poderes del gobierno de Estados Unidos acceso completo a su modelo de inteligencia artificial (IA) por un dólar al año. Un precio simbólico, casi irrisorio, si se lo compara con lo que paga cualquier ciudadano: unos veinte dólares por mes por la suscripción más básica.

Sin embargo, este gesto no tiene nada de filantropía ni de capricho. Se trata de un movimiento calculado dentro de una competencia feroz por definir el futuro de la IA. No es la primera vez que pasa, ya que OpenAI hizo algo similar y Google, aunque con menos ruido, también despliega est

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