La Cancillería de Venezuela ha emitido un comunicado oficial en el que rechaza categóricamente el informe del Departamento de Estado de Estados Unidos. Este informe clasifica a Venezuela como un territorio de tránsito para drogas ilícitas.
El Gobierno venezolano argumenta que las afirmaciones contenidas en el informe carecen de fundamento y son inconsistentes con los datos proporcionados por organismos internacionales especializados. En su declaración, el Ejecutivo califica la designación como una "imaginaria e ilegítima" autoproclamación de Estados Unidos, que se presenta como "juez y policía del mundo".
Este rechazo se produce en un contexto de tensiones diplomáticas entre ambos países, donde Venezuela ha defendido su soberanía y ha cuestionado la veracidad de las acusaciones estadounidenses. La Cancillería insiste en que el país está comprometido en la lucha contra el narcotráfico y que las afirmaciones del Departamento de Estado no reflejan la realidad del país.