Fitz Roy al 1900, pleno Palermo Hollywood. La cuadra está plagada de bares y restaurantes de moda. Tres chicos bajan de un auto con vasos de plástico cargados de alcohol. Vienen de la previa y van hacia alguno de los boliches de la zona. De golpe, se cruzan con la figura de un nene de buzo oscuro, pantalón a cuadros y unas zapatillas de moda. Se miran sin entender nada. Se codean y juran que no están borrachos. Uno de ellos se acerca y lo toca con miedo. Luego salen corriendo.

Durante la mañana siguiente, un hombre con un paquete de facturas en las manos pasa rápido junto al niño y lo sigue con la mirada incrédulo. Avanza pero su mirada sigue fija en el chico. De golpe cruza Fitz Roy y se aleja.

La obra que modificó el paisaje de Palermo

La instalación es obra del artista urbano Sebas

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