LONDRES (EFE).— La realeza británica despidió ayer a Katherine, la duquesa de Kent, casada con un primo de la fallecida reina Isabel II, con un emotivo funeral en la catedral católica de Westminster en Londres, al que acudieron el rey Carlos III y los príncipes de Gales, Guillermo y Catalina.
El responso se realizó con una misa de réquiem, el primer funeral de este tipo para un integrante de la monarquía en la historia moderna británica, pues la duquesa profesaba la fe católica romana desde 1994, el primer miembro de alto rango de la familia real en convertirse desde 1701.
Durante la ceremonia, se interpretó un lamento escocés con gaitas, el mismo que sonó durante el funeral de Isabel II en 2022, por un gaitero del regimiento de los Royal Dragoon Guards, mientras el ataúd, elaborado con