Una investigación publicada en Nature Aging reveló la estrecha relación entre la alimentación y el riesgo de desarrollar demencia y otras enfermedades crónicas en la vejez. El estudio, realizado durante 15 años con la participación de casi 2,500 adultos mayores en Suecia, analizó cómo los hábitos alimentarios influyen en la salud a largo plazo.
Los resultados fueron contundentes: quienes siguieron dietas poco saludables, con un alto consumo de carnes rojas, productos procesados y bebidas azucaradas, mostraron mayor deterioro cognitivo y multimorbilidad, es decir, la aparición simultánea de varias enfermedades. Por el contrario, quienes adoptaron patrones saludables, como la dieta mediterránea o la dieta MIND, tuvieron entre dos y tres enfermedades crónicas menos al final del período de