Hace ya tres años, Ford presentó su hoja de ruta a corto y medio plazo para Europa. Entonces anunciaron siete nuevos modelos completamente eléctricos , de los cuales eran vehículos comerciales. De los otros tres, solo uno era un Ford. Y, de hecho, se ha acabado convirtiendo en la variante eléctrica de un coche de combustión.
Hablamos del Ford Puma , un coche eléctrico en el que se han tenido que hacer malabares para meterle un tren motriz eléctrico. Un coche limitado a la ciudad porque las restricciones de la plataforma de combustión apenas dejan espacio para una batería de 43 kWh. Con sus más de 34.000 euros de partida, se ha convertido en un coche difícil de recomendar teniendo en cuenta que se mueve en autopista entre los 200 y los 250 kilómetros reales de autonomía.
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