Cuando el Atlético respiró, tomó aire, logró dar dos pases y consiguió pasar del centro del campo en Anfield , el marcador ya tenía dos goles a favor del Liverpool . Como si el «You’ll never walk alone» , el espectacular himno cantado a capella por los aficionados, hubiera hipnotizado al conjunto español. Como en todo, la suerte también aportó su granito, ya que el lanzamiento de falta de Salah fue al bulto, a ver qué pasaba, y lo que sucedió fue que la pelota rebotó en Robertson y Pablo Barrios, cambió de dirección y fue ya imposible para Oblak . El gol tampoco despertó de la ensoñación al Atlético, que poco después encajó el segundo, sin que la fortuna tuviera nada que ver en esta ocasión. Gravenberch hizo una pared con Salah , que se coló, escurridizo, entre Gallagher,
Pesadilla, sueño y realidad del Atlético en Anfield ante el Liverpool (3

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