La segunda visita de Estado del presidente de Estados Unidos, Donald Trump , a Gran Bretaña generó reacciones contrastantes. Mientras en Londres miles de personas marcharon en rechazo a su presencia , en Windsor un grupo reducido lo recibió con muestras de apoyo frente al castillo real.

Trump fue recibido con los símbolos tradicionales de la monarquía británica, incluida una procesión en carruaje y un desfile militar , como parte del protocolo oficial. Sin embargo, a 40 kilómetros de distancia, en el corazón de Londres, la coalición Stop Trump organizó una manifestación bajo el lema “Trump no es bienvenido” , con el respaldo de organizaciones como Amnistía Internacional , grupos de defensa de derechos de las mujeres y activistas propalestinos.

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