En 2024, un equipo de psicólogos de la Universidad de Ámsterdam, liderado por Eddie Brummelman, investigó si un conjunto de preguntas diseñadas podía ayudar a que los niños se sintieran más queridos por sus padres. El estudio se basó en la idea de que sentirse amado es esencial para el bienestar infantil y que las conversaciones profundas pueden reforzar este vínculo.
El experimento tomó como base el “procedimiento de la amistad rápida” , creado en los años 90 por Arthur Aron en la Universidad de Stony Brook (EE.UU.), que consiste en hacer preguntas personales y reflexivas para fomentar la cercanía entre dos personas. Aunque se popularizó en contextos románticos (como el artículo viral del New York Times sobre las 36 preguntas para enamorarse), su objetivo original era promover la con