

TOKIO (AP) — Cuando Sydney McLaughlin-Levrone avanzó con fuerza en la curva final de la final de 400 metros del Mundial de atletismo, miró a su derecha y vio algo que no había estado allí en un tiempo.
Otra corredora.
Tenía una carrera en sus manos.
La mejor manera de explicar cómo McLaughlin-Levrone se convirtió en la primera mujer en casi 40 años en romper la casi inalcanzable marca de 48 segundos en los 400 es que la oponente a la que venció el jueves por la noche en una pista resplandeciente por la lluvia en Tokio, la dominicana Marileidy Paulino, también bajó de los 48 segundos.
“No corres algo así sin mujeres increíbles que te empujen a hacerlo”, dijo McLaughlin-Levrone.
Los tiempos oficiales de esta carrera: McLaughlin-Levrone 47,78 segundos. Paulino 47,98.
Fueron los segundos y terceros tiempos más rápidos de la historia, apenas por detrás de los 47,60 logrados por Marita Koch —de Alemania Oriental— en 1985, uno de los últimos vestigios restantes de un sistema de dopaje del bloque del Este que fue expuesto décadas después de su finalización.
Salwa Eid Nasar, una nigeriana que representa a Bahréin, entró tercera con 48,19, un tiempo que le habría permitido ganar en los dos últimos campeonatos mundiales.
McLaughlin-Levrone, quien se alejó de las vallas para ver qué podría lograr en los 400 planos, dijo que estaba tan enfocada en ganar el título en una nueva prueba como en perseguir un récord que siempre se había considerado inalcanzable.
Y Paulino, la campeona olímpica y mundial reinante en los 400, no iba a cederlo tan fácil.
Esta fue una reñida carrera, como las que McLaughlin-Levrone no había sido parte en al menos tres años en las vallas. McLaughlin-Levrone solía tener una brecha de unos cuatro cuerpos a 30 metros del final, pero Paulino en realidad estaba ganando terreno cuando ambas se lanzaron hacia la meta.
“Al final del día, este no era mi título para retener, era mío para ganar”, dijo McLaughlin-Levrone, de 26 años. “Bobby usa términos de boxeo todo el tiempo. Dijo: ‘Tienes que salir ahí y tomar el cinturón. No es tuyo. Tienes que ganártelo’”.
Bobby es Bobby Kersee, el entrenador mágico que ayudó a transformar a McLaughlin-Levrone en la mejor vallista femenina de la historia y podría estar haciendo lo mismo en los 400. Las sesiones de entrenamiento brutales con Willington Wright, un ex corredor de los 400, fueron parte del régimen.
“Sentí que alguien iba a tener que correr 47-algo para ganar esto”, dijo Kersee a The Associated Press. “Ella entrenó para ello. Aceptó el desafío, asumió el riesgo. Es simplemente una atleta increíble de la que no puedo tener quejas”.
Cuando los tiempos aparecieron en el marcador, la multitud rugió. La enormidad del momento no pasó desapercibida para nadie.
Ahora, ese récord de Koch se tambalea.
Mucho dependerá de lo que la velocista estadounidense más laureada en una vuelta decida hacer en los próximos años.
Paulino también está en esa puja, y se sintió todo menos una perdedora tras registrar el tercer mejor tiempo de la historia.
“Estoy agradecida por tener la oportunidad de romper los 48”, dijo la dominicana de 28 años. “Me siento ganadora. Llevo cinco años entrenando todos los días para esto”.
Paulino corrió en el noveno carril tras una semifinal en la que aflojó el paso en los últimos metros.
“El noveno no me ayudó mucho, corrí sin ninguna referencia visual”, dijo Paulino. “Estoy contenta con mi temporada, por haber bajado de 48 segundos y ahora tengo fe en que romper el récord mundial”.
“Es especial para mí correr en menos de 48 segundos en la misma pista donde disfruté de mi primer éxito internacional”, añadió en referencia a su medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Tokio. “Estoy muy contenta de tener a Sydney y Salwa conmigo en el podio. Espero poder competir con ellas más a menudo. He sido constante durante los últimos cinco años. Eso es como una victoria para mí”.
McLaughlin-Levrone se dedicó a los 400 planos en 2023, pero las lesiones descarrilaron su carrera en el Mundial ese año. Se enfocó en las vallas el año pasado para su segunda medalla olímpica de oro en el evento, luego regresó a los planos para 2025.
Cuando corrió 48.29 en la semifinal, rompió un récord estadounidense de 19 años y dijo que todavía sentía que tenía “algo más en el tanque”.
Luego, con un empujón de Paulino, lo dejó salir.
“Hoy fue una gran carrera para el atletismo, y estoy agradecida de ponerme en posición de brindar una carrera emocionante para nuestro deporte”, dijo McLaughlin-Levrone.
Cualquiera que sea el próximo movimiento de McLaughlin-Levrone, seguramente será rápido.
También el jueves, la cubana Leyanis Pérez se consagró campeona en el salto triple gracias a una marca de 14,94 metros, la mejor del año.
Pérez doblegó a las últimas dos campeonas olímpicas. Thea LaFond logró un salto de 14,89 para darle la medalla de plata a Dominica y la venezolana Yulimar Rojas obtuvo el bronce con 14,76.
Rojas fue destronada como campeona mundial tras encadenar cuatro títulos seguidos desde la cita de Londres 2018. La venezolana de 29 años reapareció en la alta competencia en Tokio tras la lesión en el tendón de Aquiles que sufrió el año pasado y que le impidió ir a los Juegos Olímpicos de París 2024.
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