Un ourensano de 35 años accederá a una herencia millonaria tras ser reconocido oficialmente como hijo de un empresario fallecido en 2011 , después de que un juzgado diera por válida una prueba de ADN conseguida de forma insólita : la saliva que su abuelo paterno escupió en plena calle y que fue recogida por detectives privados.

El caso, confirmado en declaraciones a EFE por el abogado del demandante, Fernando Osuna, se remonta a la relación que la madre del joven mantuvo con el empresario , natural de Carballiño pero afincado en México.

La pareja compartió varios años de noviazgo hasta que, al comunicarle el embarazo, el hombre puso fin a la relación y nunca reconoció legalmente a su hijo . La familia paterna, además, rechazó a la joven e incluso llegó a amenazarla con llevarse a

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