La brecha económica entre generaciones en España se está ampliando de manera alarmante. Un reciente informe del Instituto Juan de Mariana revela que los nuevos jubilados reciben una pensión media de 1.760 euros, superando así los 1.670 euros que perciben los trabajadores menores de 35 años. Esta situación pone de manifiesto un cambio significativo en la distribución de la riqueza entre jóvenes y mayores.

Desde 2008 hasta 2024, el ingreso real de los trabajadores de entre 18 y 29 años ha disminuido un 3%, mientras que el de los mayores de 65 años ha aumentado un 18%. Este fenómeno ha llevado a que los jubilados reciban actualmente un 62% más de lo que aportaron al sistema a lo largo de su vida laboral, según datos del Colegio de Actuarios de España.

El informe también destaca la creciente preocupación por el déficit de la Seguridad Social, que se sitúa en torno al 3,8% del PIB, lo que equivale a aproximadamente 56.000 millones de euros. Además, la deuda implícita derivada de promesas no financiadas asciende al 507% del PIB. Los expertos critican la "generosidad del sistema" que ha contribuido a esta situación.

La desigualdad no solo se refleja en los ingresos, sino también en las expectativas de vida. Los adultos mayores son en su mayoría propietarios de viviendas, mientras que los jóvenes enfrentan serias dificultades para acceder a la propiedad. Según el informe, el 81% de los nacidos entre 1945 y 1965 eran propietarios a los 42 años, en contraste con menos del 50% de los nacidos después de 1985. Solo un 20% de los menores de 35 años tiene hipoteca.

Este panorama sugiere que cada generación acumula menos patrimonio que la anterior. Un informe del Banco de España indica que los nacidos entre 1986 y 1995 tenían a los 35 años una riqueza neta media de 45.000 euros, frente a los 120.000 euros de aquellos nacidos veinte años antes. La situación económica actual plantea serios desafíos para las generaciones más jóvenes en España.