Los meta-relatos y los discursos que buscan construir realidades sin fisuras deben estar sometidos a la duda. Las visiones homogéneas de lo teológico, lo civilizatorio y, desde la modernidad, lo nacional son sospechosas por sus halos totalizantes.
Las naciones son construcciones simbólicas, históricas, políticas y jurídicas que intentan englobar una diversidad empíricamente insostenible. Millones de seres humanos no pueden compartir el mismo ethos ni el mismo conjunto de valores.
En teoría, la vida se nos presenta como un bien absoluto: el derecho supremo en lo jurídico y lo sagrado en lo teológico. Pero en la práctica no lo es.
La ficción de la nación
Lo que ha vivido Estados Unidos en los últimos años demuestra que los meta-relatos se derrumban solos. El cambio social ha traído má