Nada más saber que César y Humberto se encontraban en la cárcel por culpa de las acusaciones de Álvaro , Laura ha dejado atrás todo el odio y rencor a su amigo y se ha presentado en la cárcel para socorrerlos .
César no ha podido evitar ilusionarle al verla allí, y le ha agradecido como nunca su presencia : “Siempre estás a pie de cañón ”, ha dicho orgulloso. Y aunque Laura no pensaba decir nada sobre lo que ocurrió aquel día con Álvaro , no puede mentir a su mejor amigo .
“Una noche después de tu boda, me fui a tomar unos tragos con Álvaro ”, ha comenzado, “creo que se me fue la lengua ”, ha terminado, dejando ver que, la culpable de que el abogado supiese la localización del cuadro era ella .
Al escucharlo, César se ha quedado sin palabras: no sab