Octavio Oramas es incapaz de quedarse quieto, especialmente si su reputación y el futuro de su empresa está en juego. Por ello, ahora que no cuenta con el respaldo de Méndez , está haciendo todo lo posible por ganarse a la comandante Serrano y descubrir sus puntos débiles. Y, una vez más, ha sido Álvaro el que ha tenido que dar la cara por su jefe .

El abogado se ha presentado en el cuartel general para ofrecer su ayuda en todo lo que pueda con respecto al caso que concierne a su jefe , pero la comandante Serrano ha pillado sus intenciones en un abrir y cerrar de ojos .

“¿Por qué no se deja de formalidades y va al grano?”, ha preguntado directamente, sabiendo que era cuestión de tiempo que conociese a Octavio Oramas y a su séquito.

Álvaro no entendía a que

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