"Mi Dios... estoy por apagar todo: el teléfono, la computadora, la tele, todo. Me voy al medio del monte". La frase de un operador de bonos reflejó con crudeza el clima que se respiró este jueves en la City .
Los soberanos argentinos sufrieron una venta implacable y sostenida. "Está todo roto. Silencio absoluto en la mesa ", confesó, mientras otro agente agregó que, desde el equipo económico, " estuvieron con el teléfono a la mano, llamando y hablando con todos los que querían comprar dólares . Es muy sutil y a veces complicado de entender cómo funciona todo esto".
El día transcurrió con mensajes que quedaron sin responder y líneas telefónicas que no dejaron de sonar en las sociedades de bolsa.
" Es una masacre ", repetían los operadores; otro mantra muy utilizado hoy fue: "O