La segunda visita de Estado de Donald Trump al Reino Unido ha tenido uno de sus momentos culminantes este miércoles por la noche, con un majestuoso banquete en el castillo de Windsor presidido por Carlos III y la reina Camilla. El presidente de Estados Unidos y la primera dama, Melania Trump, fueron recibidos con todos los honores en una velada que, a pesar de estar cargada de simbolismo diplomático, ha generado críticas por su pomposidad. Medios británicos han señalado la contradicción entre el tono austero que el monarca promueve para la institución y la magnificencia de una cena preparada durante seis meses , con una puesta en escena casi cinematográfica: una mesa que parecía interminable, un menú hecho a medida e incluso detalles como un coñac del año 1912 para brindar con el

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