Han pasado 40 años del , pero en la memoria sigue vivo como si hubiera sido ayer. Aquellos dos minutos transformaron la ciudad y la manera en que sus habitantes se relacionan con ella. Más de 30 mil viviendas fueron destruidas, 150 mil personas perdieron su hogar y el número de muertos nunca se supo con certeza. Como escribió Carlos Monsiváis , esa cifra permanecerá para siempre como un enigma.

Aún hoy, al caminar por la Roma o el Centro Histórico , se perciben cicatrices: terrenos vacíos, muros reconstruidos, plazas que surgieron del derrumbe. Son recordatorios de que, en un instante, la capital se quebró, y que de entre sus ruinas emergió una ciudad distinta, marcada para siempre por el recuerdo.

La mañana del 19 de septiembre de 1985 quedó grabada en la memoria de la Ciudad de

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