La gestión de Javier Milei atraviesa su fase más turbulenta desde que asumió la presidencia. La derrota electoral en la provincia de Buenos Aires el 7 de septiembre marcó el inicio de una aceleración de la crisis política que hoy se manifiesta en todos los frentes: Congreso hostil, gobernadores en rebelión, sindicatos movilizados y una interna libertaria que amenaza con implosionar.
El oficialismo ya no logra sostener el tercio legislativo que le permitía vetar leyes clave. Las votaciones recientes dejaron en evidencia una pérdida de control político, incluso sobre diputados que ingresaron por la lista de La Libertad Avanza. Las alianzas circunstanciales con sectores del PRO y del radicalismo se diluyen, mientras el peronismo reorganiza sus filas con vistas a 2027.
En paralelo, la figura