Casi todas las personas han experimentado la situación de encontrarse cara a cara con alguien conocido y no recordar su nombre. Este momento incómodo no solo genera confusión, también puede despertar ansiedad y preocupación por la memoria. Sin embargo, los expertos aclaran que se trata de un fenómeno mucho más común de lo que parece y que tiene raíces en la forma en que funciona nuestro cerebro.
Olvidar un nombre no significa necesariamente desinterés ni un deterioro cognitivo. De acuerdo con la psicología, es una consecuencia natural de cómo priorizamos la información y de cómo procesamos lo que aprendemos en las interacciones sociales.
La memoria de los nombres funciona distinto
Cuando conocemos a alguien, nuestro cerebro registra múltiples datos: la apariencia física, el tono